Y al pulsar ENTER, lo que apareció ante mis ojos hizo que me sobresaltara. Los pocos pelos que tenía en los brazos se me pusieron de punta y las pupilas se dilataron hasta 100 veces su tamaño mientras se desencadenaba una serie de mensajes eléctricos de hasta 10 megavatios a lo largo, ancho y alto de todo mi cerebro (lo cual no es mucho).
Antes de que saltaran los automáticos del encéfalo, se abrió el baúl de los recuerdos (¡ahora entiendo la canción!) y la comprensión que no pensé que llegará a concebir una noche de desvelo me hizo chocar impunemente contra la dura realidad...
¡¡Había encontrado mi página web y mi blog!!!
Antes de que saltaran las lágrimas (de tristeza y horror, no de alegría, aclaro) vomité.
Bueno, no. Antes de vomitar, salí a la terraza dispuesto a lanzar un mensaje al mundo y...
...volví a entrar rápidamente. Hacía un frío que pelaba y yo estaba en calzoncillos. Así que, rápido como un rayo, me puse el albornoz y los calcetines de franela con arenilla calentados en el microondas y salí, de nuevo, a la terraza dispuesto a lanzar un mensaje al mundo y... esta vez sí, grité, a todo pulmón: "Moriré antes de que el mundo tenga que soportar tan horrenda visión una solo día más..."
Y entré de nuevo, justo antes de que los vecinos me empezaran a tirar zapatos, botas, cajas de galletas vacías, banquetas, tijeras, móviles obsoletos, botellas de plástico, de cristal, pequeños armarios, etc. a la cabeza y me senté tras el ordenador con la fija idea de no dormir ni un minuto aquella inolvidable noche hasta que le hubiera dado un lavado de cara a mi web y a mi blog.
Y así lo hice.
Empezaba a clarear cuando el agua y jabón digitales habían surtido efecto sobre mis pobres creaciones y pude darle una nueva vida a estas humildes criaturitas cargadas de letras y colores. Ya no correrían despavoridas aquellas gentes que, por error, se las encontrara en su cotidiano olisqueo de las novedades que pudiera ordeñar a la madre Red. Ahora, como mucho, se les cortaría el desayuno antes de que pudieran pulsar ALT-F4.
Enormemente feliz pero cansado de la ardua tarea realizada durante tooooda la noche (salvo, claro está, los descansos para ver los ocasionales vídeos de youtube, el canal de telecompra, los 357 correos respondidos, el twitter, el facebook, el geplús, el porno, las tres horas de vuelo virtual con el x-plane y una película de serie B de los años 40) me fui silbando y, a la vez, bailando, escaleras abajo directo al dormitorio para, ahora sí, darme el merecido descanso en mi acogedora cama.
PD: Tres minutos después sonaría el despertador recordándome que ese día era lunes y tenía que cumplir con mis obligaciones laborales pero... esa es otra historia...
(*) "cestomanopuntocom"
4 comentarios:
Unos cuentan ovejas y otros...😏
Unos cuentan ovejas y otros...😏
A mí no me escriben 357 personas.... :-(
Felicidadeeeeees por el blog!!!! :)))
Gracias.
En realidad, de los 357, 412 eran correos de publicidad.
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